La sostenibilidad: un nuevo valor para las empresas

La sostenibilidad: un nuevo valor para las empresas
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Las personas quieren trabajar para empresas en las que creen, comprar a empresas responsables, e invertir en empresas rentables. La sostenibilidad es un valor que engloba todos estos atributos, en un panorama en el que el papel de las compañías ha cambiado. Las organizaciones ya no solo deben aportar valor a empleados o clientes; sino que deben hacerlo para todos los stakeholders: proveedores, organizaciones sociales, la comunidad, el conjunto de los ciudadanos…

Las empresas sostenibles suponen un nuevo paradigma de hacer negocios, ya que balancean el beneficio económico con el propósito social. Es algo que ya están haciendo muchas organizaciones que está liderando un cambio global para utilizar su actividad como una palanca para mejorar la sociedad.

 

Cómo saber si una empresa apuesta por la sostenibilidad

Una empresa sostenible considera el impacto de sus decisiones en sus trabajadores, clientes, proveedores, la comunidad y el medio ambiente. Para comprobarlo, se deben analizar los tres vértices en los que se fundamenta la sostenibilidad de una empresa: la economía, el medio ambiente y la sociedad.

 

Sostenibilidad económica

A fin de cuentas, el crecimiento económico sostiene a una empresa, por lo que es la base de todo. Pero no a cualquier precio, ya que una empresa que quiere ser económicamente sostenible, debe crecer respetando los recursos naturales, distribuyendo justamente la riqueza que genera y reduciendo progresivamente la contaminación.

Una compañía que se involucra en programas como la Agenda 2030 es una organización que quiere ser sostenible, pero para un análisis exhaustivo, deberemos fijarnos en indicadores económicos que revelen su salud financiera y por tanto su vocación de permanencia: volumen de negocio, deuda, liquidez, rentabilidad, valor añadido bruto, etc.

 

Sostenibilidad social

En el plano social, la sostenibilidad hace referencia a la dimensión humana. Es decir, a la contribución para que las personas sean más felices y estén más sanas, tanto dentro de la empresa como en la comunidad en la que se encuentra.

Que una empresa cuente con una política de Responsabilidad Social Corporativa, indica que busca un impacto social positivo de forma pública y transparente. Pero todo depende de las posibilidades de la compañía, ya que las pequeñas empresas que no tienen RSC, pueden ser también sostenibles socialmente por medio de la promoción de acciones de voluntariado, iniciativas de apoyo a la comunidad local, la creación de puestos de trabajo, el cuidado de las familias de los empleados, con acciones para mejorar la salud y el bienestar de los colaboradores, etc.

 

Sostenibilidad ambiental

En función de la actividad de la empresa, se pueden (y deben) buscar impactos ambientales positivos o minimizar los impactos negativos derivados de la propia actividad. No sólo reduciendo las emisiones, sino desde un punto de vista más amplio como expandiendo el ciclo de vida de los productos o facilitando la adopción de buenas prácticas ecológicas a nivel interno.

Comprobar si la empresa tiene algún sello que acredite su sostenibilidad medioambiental, como por ejemplo el Ecolabel europeo, da una pista inequívoca de vocación sostenible. Pero existen acciones que preceden a esos reconocimientos, que muestran esa visión comprometida con el desarrollo sostenible, como la mejora de la calidad de los productos, la reducción de consumo de agua o energía, el transporte ecológico, etc.

 

Existen diferentes sellos y certificaciones a las que puede optar una empresa para demostrar su compromiso social o medioambiental. Y esto es una prueba más del camino inexorable que deben transitar todas las organizaciones. Será antes o después, pero toda empresa que quiera sobrevivir y seguir siendo competitiva tendrá que ser responsable; y además, demostrarlo.