No permitas que la oficina perjudique la salud de tu gente

No permitas que la oficina perjudique la salud de tu gente
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Tu oficina, ese lugar en el que deberías sentirte seguro. Donde, cada día, tu equipo da lo mejor de sí. El lugar al que acudes cada mañana con el deseo de seguir progresando. Ese lugar que debería cuidar de ti y de toda tu gente… podría estar envenenándote.

Que no cunda el pánico, pero… ¿sabes cuántos elementos tóxicos invaden tu espacio? ¿Conoces el efecto negativo que podrían estar causando a la salud de las personas de tu organización?

Aunque no se perciba a simple vista, la suciedad y por tanto el riesgo, entra tan fácil como unos pasos con los zapatos de la calle o como dejar las bolsas de la compra sobre la mesa del office. Pero, sobre todo, cuando se emplean productos químicos en la decoración o los protocolos de limpieza.

Los químicos nos rodean. Están por todas partes; debemos ser conscientes de ello y emplearlos con moderación. Si hacemos un breve repaso de nuestra actividad diaria, encontraremos elementos químicos que podrían ser perjudiciales para la salud y sobre los que nunca hemos reparado. Por ejemplo, la pintura de la pared, el gel de la ducha… y por encima de todo, los productos de limpieza.

El consejo fundamental es reducir su uso, siempre y cuando no sea posible eliminarlo por completo. Según el sector, quizá no podamos retirar el uso de ciertos tipos de detergentes, pero sí podemos sustituir un ambientador para camuflar el olor de la oficina por productos naturales. Y esto es una recomendación también válida para el hogar, pero es tremendamente importante seguirla en centros de trabajo, ya que, como espacios cerrados que necesitan una limpieza asidua, pueden suponer un mayor riesgo. 

Sin duda, cada vez se levantan más voces en favor de la reducción de los productos tóxicos en las empresas. Al fin y al cabo, la gran cantidad que se emplean en tareas cotidianas, o incluso para la construcción de las oficinas, hace imposible que se hayan evaluado profundamente para un uso seguro. Por ello, no resultaría raro ver que un producto muy extendido ahora, fuese prohibido en el futuro por las autoridades; como ha pasado anteriormente con el plomo o con el amianto.

La limpieza es una de las actividades más expuestas a estos productos tóxicos. Por ello, conviene recordar la importancia de una buena higiene en el amplio sentido de la palabra: la limpieza, la ausencia de malos olores y la imagen son importantes; pero la higiene no es completa si no mejora la salud de las personas ni respeta el medio ambiente. Esto es algo que sabemos muy bien en Rivera ya que uno de nuestros valores principales son las personas. Cuidamos de las personas, nos preocupamos y comprometemos con ellas; y por eso cuidamos su salud por medio de la limpieza y la higiene.

A menudo se emplean productos de limpieza que enmascaran los olores sin limpiar realmente, que utilizan químicos de forma indiscriminada o simples perfumes que crean una falsa sensación de limpieza. Habitualmente, estos productos incluyen unos consejos de uso que, de entrada, nos dan una pista de su toxicidad. Si aun así se decide usarlos, debemos dejarnos guiar por ese manual de uso para evitar una sobreexposición o un empleo peligroso (y asegurarnos de que el proveedor así lo está haciendo).

La oficina necesita una limpieza e higienización de calidad de forma periódica, preferiblemente, ejecutada por profesionales de experiencia contrastada. Un proveedor de calidad tratará siempre de reducir el empleo de productos químicos si no es posible eliminarlos, optando siempre por productos ECO Friendly y técnicas de limpieza innovadoras que sustituyan el empleo de ciertas sustancias.

La información que puede ofrecer un proveedor de confianza tiene un alto valor. Primero, porque permite saber si es posible la sustitución de elementos químicos; segundo, porque garantiza la eliminación de cualquier sustancia tóxica; tercero, porque puede dar las opciones menos dañinas; y cuarto, porque conoce el modo de empleo más seguro y las cantidades adecuadas. Esta cuestión nos lleva a otra de vital importancia, relacionada con nuestros hábitos de compra corporativa. Quizá sea el momento de reflexionar sobre los mismos: empleo de productos ecológicos, reducción de consumos, sustitución del plástico, etc.

Entre los hábitos para tener una oficina saludable también podemos incluir la ventilación adecuada y habitual de las distintas estancias o la decoración con plantas naturales. Una mayor consciencia en el aprovisionamiento y una correcta limpieza puede mejorar tu salud y la de tu equipo. Cuida de tu oficina y ésta cuidará de todo el equipo.