Material de limpieza para cuidar la salud

Material de limpieza para cuidar la salud
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La importancia de mantener altos estándares de higiene se ha convertido en un punto clave en muchas áreas diferentes, especialmente en entornos de atención médica. En Rivera siempre hemos puesto el foco en este propósito, como parte de nuestro afán por cuidar de la salud de las personas. La higiene de manos y la prevención de infecciones tienen un protagonismo capital, pero no es la única manera de apoyar este enfoque al cuidado de la salud y el bienestar mediante nuestros servicios: el material de limpieza que usamos en nuestro día a día es otra de las patas sobre las que se sustenta nuestro trabajo.

Elementos como mopas, bayetas y otros utensilios han evolucionado mucho en los últimos años, siendo una pieza fundamental para prácticas de limpieza más seguras y efectivas. La innovación ha resultado esencial en las últimas tres décadas, donde hemos sido testigos de una transformación de los sistemas de trapeado y fregado en entornos críticos como hospitales y centros de mayores, avances que en Rivera hemos ido incorporando a todos los ámbitos de nuestra actividad: centros de salud, comunidades de vecinos, oficinas, industrias, comercios, centros educativos, etc.

Lejos queda ya aquel material de limpieza a base de algodón que, afortunadamente, está en desuso en el sector por el exceso de humedad que genera y la dependencia química que tiene. Hoy en día, podemos situar esta cuestión como un factor de decisión más para seleccionar un proveedor de servicios de limpieza: si utiliza bayetas de microfibra en sus rutinas de limpieza, podemos considerarlo el reflejo de un compromiso con la eficacia y la higiene.

En el caso de Rivera, el empleo de estos productos está auditado por la Etiqueta Ecológica Europea, garantizando un “alto uso de productos de microfibra”, que responde al Criterio opcional O3.

La microfibra es una fibra sintética con una densidad lineal de menos de un denier (unidad de medida utilizada para medir la masa lineal de una fibra textil. Cuanto más alto es el denier, más gruesa es la sección de la fibra), es decir, 100 veces más delgada que un cabello humano. En nuestros protocolos utilizamos una microfibra de alta calidad que consta de un núcleo de nailon rodeado de cuñas de fibra de poliéster.

En nuestro compromiso con la innovación y las técnicas más punteras, estos materiales nos permiten recoger la suciedad de manera rápida y eficiente, ya que la microfibra tiene una alta capacidad de absorción, muy superior a cualquier otra mopa o fregona convencional. Estas telas absorben microorganismos, además de la suciedad visible; mientras que otras esparcen o mueven la suciedad en la superficie en lugar de retirarla completamente.

El procedimiento que nos permite ofrecer un servicio Best in Class en este sentido no acaba ahí. Después del uso, es importante limpiar bien todo el material de limpieza utilizado para garantizar la máxima higiene. Hay programas de lavado específico que aseguran una limpieza completa, empleando la temperatura adecuada y los productos idóneos para asegurar la limpieza sin perder la calidad de las microfibras. En virtud de nuestro certificado de Ecolabel, además, aseguramos que ese proceso de lavado se realiza con la máxima eficiencia (Criterio O10) para ejecutarlo de forma sostenible.

Lo que ya era un estándar para nosotros desde hace mucho tiempo, la pandemia mundial de Covid-19 se ha encargado de extenderlo a la mayoría de proveedores de limpieza; y muchos aún lo mantienen. Por ejemplo, la manipulación de los equipos sin tocar permiten al personal de limpieza quitar y reemplazar las cabezas de las mopas y fregonas sin entrar en contacto directo con superficies potencialmente contaminadas. Esto, además de facilitar y agilizar el trabajo, mantiene las manos limpias, lo cual es importante tanto para la salud del personal de limpieza como para el entorno.

La formación y el entrenamiento del personal tiene mucho que ver con estas cuestiones, ya que no solo se trata de saber cómo se realiza el trabajo adecuadamente, sino también cómo se puede reducir drásticamente el riesgo de transmisión de infecciones manteniendo los más altos estándares de limpieza y seguridad. Es importante saber, por ejemplo:

  • Cuándo y durante cuánto tiempo humedecer el material que se va a usar para limpiar.
  • Cómo se debe almacenar el material de limpieza para garantizar su seguridad y para asegurar una utilización uniforme en las superficies.
  • Cómo ejecutar una metodología para eliminar la suciedad de una habitación de extremo a extremo sin dejarse nada.
  • Cómo emplear los guantes o cómo desinfectar las manos al manipular cabezas de mopas recién lavadas y secas para no transferir contaminantes.
  • Cómo mantener una óptima higiene del mango para contribuir a la higiene general.
  • Cómo y cuándo realizar un control de calidad del material mediante verificaciones de peso, estado y referencias.
  • Cómo dosificar los productos de limpieza para mejorar el rendimiento, la higiene y el mantenimiento de superficies, además de contribuir al medio ambiente (en base al Criterio M2 del Ecolabel).

En definitiva, el cambiante panorama de equipos y técnicas de limpieza está dando paso a una nueva era de limpieza. Los cambios demuestran que los fabricantes siguen ideando artículos para hacer los lugares más limpios y seguros, por lo que nos corresponde a los proveedores de limpieza evaluar, seleccionar y utilizar de forma óptima el material de limpieza indicado para cada uso, en una búsqueda incesante para seguir mejorando.