La importancia de la eficiencia energética en Comunidades de Vecinos

La importancia de la eficiencia energética en Comunidades de Vecinos
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La eficiencia energética en Comunidades de Vecinos es una de las vías para reducir el impacto ambiental de los edificios residenciales; pero además, es también una de las mejores formas de moderar la factura energética.

El uso eficiente de la energía, por definición, marca un consumo inferior a la media en la Comunidad de Propietarios, sin reducir por ello el desempeño. Por ello, a la vez que se mantiene la calidad de vida o el confort en las viviendas y los espacios comunes, se contribuye al cuidado del medio ambiente y al ahorro económico.

La intensidad energética y el consumo de recursos es uno de los principales problemas medioambientales en la actualidad, ya que las emisiones a la atmósfera se incrementan a medida que se incrementa el uso de calefacción, aire acondicionado, luz o el consumo de agua. Así, apostar por la eficiencia energética en Comunidades de Vecinos es uno de los compromisos más importantes que podemos adquirir en términos de desarrollo sostenible.

 

Por qué es importante la eficiencia energética

A menudo no somos conscientes de toda la energía que desperdiciamos. Quien más quien menos, sobre todo si se lleva un control de los consumos energéticos, puede conocer la energía que consume. Esa energía que, cada cierto tiempo, incrementa su precio. Pero saber la energía desperdiciada es mucho más complejo.

Si bien se han dado, y se siguen dando, pasos importantes hacia un desarrollo más justo, inclusivo y sostenible, el avance de las sociedades, a menudo, se realiza comprometiendo el futuro de las nuevas generaciones. Como ocurre con el consumo de bienes, es aún demasiado frecuente la producción y consumo de productos a gran velocidad. El reciclaje es una actividad común, pero de poco sirve si no va acompañado de las otras dos de las 3R.

Algo similar ocurre con la energía. Se pueden buscar una mayor utilización de energías renovables, aprovechar calor residual u otras medidas del estilo; pero es mucho más importante reducir el consumo. Ese es el gran objetivo que deben buscar los propietarios en términos de eficiencia energética en Comunidades de Vecinos.

 

La eficiencia energética en Comunidades de Vecinos

Esta es una cuestión que depende de una elección por parte de la Comunidad de Propietarios y, como tal, no es tan sencillo abordarla. Pero se trata de una cuestión importante a futuro, en dos sentidos: por un lado, es absolutamente fundamental un mejor consumo energético para alcanzar un verdadero desarrollo sostenible; y por otro, la eficiencia energética en Comunidades de Vecinos será una de las grandes apuestas de los fondos Next Generation UE para viviendas y regeneración urbana.

Pero, aunque a día de hoy quizá pueda ser una medida más ligada a la ecología que otra cosa, el precio de los suministros, entre otras cuestiones, han puesto a la eficiencia energética en Comunidades de Vecinos, también, en la agenda de propietarios, presidentes de Comunidad y Administradores de Fincas. Y es que las inversiones en estos términos se amortizan rápido gracias a los ahorros, sobre todo en electricidad, que se producen.

 

¿Por qué es importante la eficiencia energética en Comunidades de Vecinos?

Existen tres beneficios claros de apostar por la eficiencia energética en Comunidades de Propietarios:

  1. Los edificios residenciales son las construcciones que más contribuyen al deterioro del medio ambiente. Hacerlos eficientes es un paso enorme hacia la sostenibilidad.
  2. El alto consumo energético deriva en facturas más gruesas. La eficiencia energética es el camino más rápido y fácil para ahorrar dinero.
  3. La calidad de vida no se compromete, sino lo contrario. De hecho, el 60% de las rehabilitaciones que tienen en cuenta la eficiencia se realizan con el objetivo de mejorar el confort.

Estos beneficios son cuestiones que los edificios terciarios, en su mayoría, tienen muy claros. Porque en estos lugares, a menudo, se realizan auditorías, se buscan formas de ser más eficientes (en el sentido amplio de la palabra), se piensa en el futuro con asiduidad y se busca una mejor imagen. Los edificios residenciales, por tanto, están perdiendo una gran oportunidad cada día que pasan sin abordar su mejora energética.

 

Situación actual: la mayoría de edificios no aprueban

A menudo reparamos en el transporte y la industria cuando se habla de contaminación y calentamiento global. Pero en la Unión Europea, los edificios representan casi la mitad del consumo energético y más de un cuarto de las emisiones. Por ello, el gran reto de la sostenibilidad pasa por la eficiencia energética, incluso de los edificios más antiguos.

La calificación energética de las viviendas, un índice que muestra la eficiencia en una escala (desde A, máxima eficiencia, hasta G, mínima) deja claro que hay mucho por hacer. Según el territorio puede variar mucho; pero muchos edificios de nuestro entorno son anteriores a los años 80, cuando la normativa era más permisiva. En estas zonas con viviendas más antiguas, las calificaciones energéticas rara vez superan la D. Y esto es muy relevante ya que se calcula que una calificación A supone hasta un 90% más eficiencia energética que una G. Por ello, en este escenario no sólo hay que hablar de eficiencia energética en edificios, sino también de rehabilitación energética (uno de los grandes objetivos de los fondos Next Generation de la Unión Europea).

 

Calificación energética: una cuestión a tener en cuenta

En un índice que va desde la puntuación máxima (A), hasta la mínima (G), la calificación energética de una vivienda muestra la eficiencia de la misma. En la valoración, tiene mucho que ver el conjunto del edificio, ya que se valoran múltiples cuestiones que son compartidas en la finca.

El certificado energético se rige por una serie de cuestiones consensuadas que permiten diferenciar con claridad los edificios eficientes de los no eficientes. En primer lugar, es sensible a las mejoras en base a los requerimientos. En segundo lugar, la climatología no debe condicionar la calificación. Y en tercer lugar, la máxima calificación del certificado de eficiencia energética está reservada para las condiciones ideales, independientemente de las implicaciones en la rentabilidad.

La calificación se obtiene mediante la evaluación de una serie de indicadores, a partir de los cuales se pueden realizar recomendaciones de mejora:

  • Indicadores principales.
    • Emisiones anuales de dióxido de carbono.
    • Consumo anual de energía primaria no renovable.
  • Indicadores complementarios.
    • Consumo anual de energía primaria no renovable para los servicios principales del edificio.
    • Emisiones anuales de CO2 para los servicios principales del edificio.
    • Energía demandada por el edificio para cada servicio principal.
  • Indicadores que se tienen en cuenta en edificios de nueva construcción.
    • Orientación y disposición del inmueble.
    • Características térmicas de la envuelta.
    • Características de las instalaciones (calefacción, agua, refrigeración, ventilación, luz artificial).
    • Sistemas solares pasivos.
    • Protección solar.
    • Ventilación.
    • Otras cuestiones relacionadas con las energías renovables.

La intención es evaluar, en base a la superficie útil del edificio, la energía consumida para satisfacer las necesidades en función de distintas condiciones climáticas: calefacción, ventilación, ACS, luz, confort, calidad del aire, etc.

 

Cómo mejorar la eficiencia energética en Comunidades de Vecinos

Para reducir el consumo energético hay que reducir las necesidades. Es decir, es importante replantear la forma en la que se consigue la energía y apostar por las renovables. Pero, sobre todo, hay que reflexionar acerca de cuestiones como el aislamiento de fachadas o cerramiento de ventanas.

 

Mejorar el aislamiento térmico

Un aislamiento deficiente hace que los edificios se calienten más en verano y se enfríen más en invierno. En consecuencia, el uso de aire acondicionado y consumo de calefacción, respectivamente, es mayor. Así, no sólo se consume más energía y se gasta más dinero, sino que también tenemos una vivienda menos confortable.

Si bien esto puede ser una medida a perseguir a nivel de cada vivienda, lo cierto es que el impacto es mayor al perseguirla en comunidad. Un edificio que no está bien aislado térmicamente, produce importantes desequilibrios. Así, una vivienda podría ser mucho más fría que otra muy similar.

 

Gestionar mejor el agua

Un mal aislamiento térmico de los depósitos ACS (agua caliente sanitaria) es una de las causas del derroche de energía en edificios residenciales. Es importante que la temperatura del agua sea adecuada de forma sostenida, ya que de lo contrario, el acumulador y las conducciones sufrirán pérdidas de calor. Así, el consumo energético será mayor pero, además, la vida útil de estos elementos será menor.

 

Uso de energías renovables

Las energías renovables no producen emisiones de CO2 adicionales a la atmósfera, pero también pueden ayudar a gestionar mejor los recursos con los que cuenta un edificio.

Una instalación solar térmica para la producción de ACS puede proporcionar entre el 50% y el 70% del agua caliente que consume el edificio. La producción para el autoconsumo con energía solar fotovoltaica, por su parte, es un gran apoyo para reducir la factura eléctrica.

 

Servicios de mantenimiento adecuados

Un buen mantenimiento de las instalaciones energéticas y sus elementos vinculados, mejorará el consumo de energía que demandan. Por ello, y dada la complejidad que entrañan, es importante contar con un equipo profesional especializado para realizar revisiones o reparaciones, si fuese necesario.

Lo mismo ocurre con el resto de trabajos que se realizan en la Comunidad de Vecinos. La limpieza, por ejemplo, puede tener un impacto negativo en los consumos, la salud de los vecinos y el medio ambiente. La Limpieza de Comunidades de Vecinos de Rivera, por contra, ahorra luz y agua en la comunidad, mejora la gestión de residuos, reduce el uso de químicos y cumple con la normativa medioambiental; entre otras virtudes.

 

Sustituir elementos ineficientes

A menudo, algunos elementos de las zonas comunes, ofreciendo un peor desempeño, gastan más. Un ejemplo claro de esto son las bombillas. En este caso, es recomendable ajustar la iluminación a lo que realmente se necesita, utilizar bombillas eficientes, que consumen menos y alumbran mejor.

Cuando pensamos en aparatos y objetos ineficientes, es importante aproximarse a la cuestión de una forma global. Siguiendo con el ejemplo de la iluminación, se debe reflexionar acerca de la posición de los focos para que rindan mejor, la pintura de la estancia para que la claridad se perciba como mayor, el aprovechamiento de la luz natural para reducir necesidades o la limpieza de las bombillas, cuya suciedad puede hacer que iluminen hasta un 30% menos.

 

Revisar contratos de suministro

Frecuentemente se pasa por alto, pero se puede dar la situación de que la potencia de luz contratada sea mayor de la necesaria. Si se instalan dispositivos eficientes, es posible que se deban revisar los contratos, al tener unas necesidades energéticas menores. Esto puede derivar en importantes ahorros, sin comprometer el servicio.

También puede darse el caso de que se tengan múltiples contratos que, de estar unificados, serían más económicos. Esto sucede en fincas que se componen de varios edificios o con contratos antiguos en zonas comunes, como los garajes.

 

Cambiar hábitos de consumo

Esta cuestión se sitúa en el centro de todo para mejorar la eficiencia energética en Comunidades de Vecinos. Y es que, quizá lo más importante sea repensar la vida cotidiana. Plantearse utilizar más las escaleras para hacer ejercicio físico a la vez que se ahorra el consumo del ascensor. Valorar si es necesario que las luces estén encendidas cuando no hay nadie en la escalera. Pensar en la posibilidad de aprovechar la azotea para instalar un pequeño jardín que sirva como área de esparcimiento y mejorar el aislamiento.

Al fin y al cabo, son esos pequeños detalles los que, a la larga, marcan la diferencia. Gestos sencillos que, además pueden contribuir también a una mejor calidad de vida y mayor felicidad.

 

En Rivera queremos ayudar a impulsar la eficiencia energética en Comunidades de Vecinos, crear espacios más saludables y más sostenibles. Solicita un presupuesto online sin compromiso y te hacemos un planteamiento de mejora basado en las características del inmueble.